Últimamente he visto en varios sitios cómo fabricar nuestra propia pasta de dientes. La idea parece muy buena y, como experiencia, está muy bien pero la sensación que tuve cuando la usé no fue ni mucho menos agradable. Al incluir arcilla blanca en la receta era como cepillarse con barro, los dientes los tenía negros aunque, ojo, funcionaba muy bien. Pero si lo que queréis es hacer pasta de dientes propia evitando ésta sensación, os invito a probar la siguiente receta.
Basta con:
- 1,5 g de clavos (se entiende que es la especia)
- 1,5 g de corteza de canela
- 1,5 g de granos de anís
Tendremos que aplastar todos éstos ingredientes y echarlos en un recipiente al que añadiremos 100 g de alcohol de 90º. Se agita bien y, al cabo de una semana, hacemos el filtrado del alcohol. Añadimos 1 g de esencia de menta y... ¡listo! Otro excelente dentífrico también es el polvo de tila mezclado con salvia y el sarro podemos combatirlo con las fresas.
Si lo que queremos es blanquear los dientes basta con aplastar una o dos hojas de salvia (¡si es que ésta planta sirve para todo!) sobre los dientes y encías. Tendremos dientes blancos, encías desinfectadas y boca perfumada. Para el blanqueo también podremos usar el rizoma fresco del íride.
También puede ser que suframos de sangrado de encías. Para evitarlo podemos recurrir a la ratania (astringente), la mirra (astringente, antiséptica y antiescorbútica) o la coclearia, además de las ya mencionadas corteza de canela y menta.
Y ya que estamos, os diré como evitar también el mal aliento. Por un lado tenemos la clásica menta y por otro, un remedio a base de enebro. Para ello haremos una infusión con 10 g de bayas desmenuzadas que beberemos después de las comidas pero, sobre todo, por la noche. Así mismo, podemos hacer enjuagues de tomillo (otra planta que sirve para todo) o beber 2 o 3 tazas al día de mejorana. Otro remedio casero consiste en masticar algunos granos de café después de las comidas.
Como veis, ¡tenemos remedios naturales para todos los gustos y sabores!